Un momento de descanso en la presentación |
El ritmo era elevado y eso se notaba en las caras del grupo, reduciendo la concentración cuando no venía ninguna persona a ver el stand. Comprensible y recomendable hacer un descanso de vez en cuando.
Al mediodía dejé tiempo libre a mi grupo para que fueran con el resto de los participantes de la delegación y yo, con una persona adulta de la delegación, visitamos Viena ya que está cerca más de una hora en bus. Me dijeron que eran las dos capitales más cercanas.
La ciudad era magnífica. Visité el centro histórico y los palacios de la época de los Augsburgo.
Nos reencontramos con el grupo justo antes de la cena de las 18 h.
Posteriormente, teníamos la tarde-noche libre y visitamos la ciudad de Bratislava. Fuimos principalmente por el centro histórico ya que el resto de la ciudad tenía un aire marcadamente comunista, aunque esta época pasó a la historia.
Seguidamente, hacia media noche, volvimos al hotel.